José Jeréz (josejerez@outlook.com)
Salas Leyssy (salasleyssy@hotmail.com)
Ender Tovar
(enderisraeltovar@hotmail.com)
Luis Vegas
(vegasluis23@hotmail.com)
La filosofía de la educación experimenta
una desvinculación que tiende a colocarla en un punto alejado motivado a que
los estudiosos explican que no está siendo importante para los practicantes.
Su objeto de estudio es y debe ser el
análisis propio de la interrelación humana como una actividad orientada en el
proceso de enseñanza y aprendizaje, el enseñar a aprender los conocimientos, la
formación de habilidades, hábitos y competencias para la solución de problemas
que se presenten en la vida futura, orientado al logro de objetivos formativos
e instructivos.
El autor propone que el proceso de
enseñanza – aprendizaje debe contener una diversidad de aspectos, utilizar como
basamento la dimensión absoluta y relativa, comprender la relación del maestro
y el aprendizaje de los estudiantes, así como sus aspectos en el entorno y el
desenvolvimiento de los participantes.
La educación como un quehacer ético
en la actualidad, debe representar a la práctica educativa y a toda persona que
esté involucrada en este proceso, reflexionando en ello desde una perspectiva
filosófica. La educación se vuelve cada vez más un sistema mecanizado y sin
compromisos sociales ni humanos; es necesario lograr una mejor comprensión del
mundo y de la vida, y la educación es la mejor forma de generar actitudes
positivas para hacer frente a los innumerables retos que nos ofrece el mundo
actual.
La práctica de la educación debe
estar en función de situaciones de fondo, en función de todo lo que forma
conciencia, carácter, esencia en el hombre, esencia de su práctica y de
su finalidad; la transmisión de cultura humana, el hombre por esencia tiende a
ser libre, aunque la cultura nos tenga atados a la predeterminación y por lo
tanto a la pérdida de libertad, a la pérdida de la voluntad de elegir.
Sin duda que esta determinación
(determinismo) es una herramienta muy importante en la ideología, puesto que
puede servir para que el individuo crea que es su propia elección, que crea que
él está siendo auténtico en su voluntad. En la educación, se debe promover la
libertad , y en el determinismo podemos encontrar una tendencia muy tajante que
no permite la elección (esto como crítica a las situaciones de manipulación:
moral, psicológica, política, religiosa...) con lo cual el acto educativo
pierde todo sentido y se convierte solo en informativo, sin aplicación a la
realidad, a las vivencias, a la vida de cada quien; si el individuo no es
libre, no es fácil que encuentre el sentido, el amor, el interés a la educación.
La educación como un quehacer ético
en la actualidad, debe representar a la práctica educativa y a toda persona que
esté involucrada en este proceso, reflexionando en ello desde una perspectiva
filosófica. La educación se vuelve cada vez más un sistema mecanizado y sin
compromisos sociales ni humanos; es necesario lograr una mejor comprensión del
mundo y de la vida, y la educación es la mejor forma de generar actitudes
positivas para hacer frente a los innumerables retos que nos ofrece el mundo
actual.
La práctica de la educación debe
estar en función de situaciones de fondo, en función de todo lo que forma
conciencia, carácter, esencia en el hombre, esencia de su práctica y de
su finalidad; la transmisión de cultura humana, el hombre por esencia tiende a
ser libre, aunque la cultura nos tenga atados a la predeterminación y por lo
tanto a la pérdida de libertad, a la pérdida de la voluntad de elegir.
Sin duda que esta determinación
(determinismo) es una herramienta muy importante en la ideología, puesto que
puede servir para que el individuo crea que es su propia elección, que crea que
él está siendo auténtico en su voluntad. En la educación, se debe promover la
libertad , y en el determinismo podemos encontrar una tendencia muy tajante que
no permite la elección (esto como crítica a las situaciones de manipulación:
moral, psicológica, política, religiosa...) con lo cual el acto educativo
pierde todo sentido y se convierte solo en informativo, sin aplicación a la
realidad, a las vivencias, a la vida de cada quien; si el individuo no es
libre, no es fácil que encuentre el sentido, el amor, el interés a la educación.
La filosofía educativa se centra en dos
aspectos: la naturaleza del aprendizaje y el propósito de la educación; y
todavía a pesar del estado de confusión y desorientación actual de los jóvenes,
cuestiona la transmisión de valores morales.
*Tomando como referencia el Artículo titulado:
LOS FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DE LA EDUCACIÓN
COMO RECONSIDERACIÓN CRÍTICA DE LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN del autor:
Gerardo Ramos Serpa de la
Universidad de Matanzas, Cuba.
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